Sabemos que la crianza biológica es la seña de identidad por excelencia de los vinos de Sanlúcar de Barrameda y del resto del Marco de Jerez, y en Delgado Zuleta llevamos toda la vida desarrollando y perfeccionando la crianza bajo velo de flor aplicada a la variedad palomino. Hasta ahora. Nos alegra comunicaros que acaban de ver la luz dos nuevos vinos: Tarabilla y Gallipato, blancos monovarietales -de moscatel y pedro ximénez respectivamente-, un proyecto inédito en el mundo. Impulsado por José Antonio Sánchez Pazo, enólogo y director técnico de la bodega, el secreto de este proyecto radica en las levaduras, y busca lograr la complejidad que aporta el velo de flor con uvas más expresivas, frutales y florales como la moscatel y la pedro ximénez.
¿Cómo se logra? Tras el registro de cientos de botas de la solera de La Goya se extrae de estas la flor pura, es decir, la colonia de levaduras que se deposita sobre la superficie del vino. Este velo de flor se pulveriza sobre los mostos de moscatel y pedro ximénez, colonizando la superficie completa de cada bota e iniciando así una intensa crianza biológica que se ha extendido durante 6 meses. El resultado: el monovarietal de moscatel, Tarabilla, es de color amarillo pajizo con tonos verdosos y dorados, intenso, con notas de fruta fresca combinadas con matices de levadura, frutos secos y cítricos. Redondo, suave, fresco y con buena acidez. Por su parte, Gallipato, monovarietal de pedro ximénez, es amarillo dorado y brillante, delicado, con notas florales y aromas a panadería y almendra. Es untuoso, tiene volumen y una viva acidez y frescura.
